MONTESINO CÁCERES, PABLO(1791-1849)
Nació en Fuente del Carnero (Zamora). Estudió medicina en Salamanca. Exiliado a Inglaterra por sus ideas liberales durante el absolutismo de Fernando VII, entró en contacto con las más modernas ideas pedagógicas. A su vuelta a España propulsó la creación de la Sociedad para mejorar la educación del pueblo, que en 1838 fundaría la primera escuela de párvulos de España, en la calle Atocha de Madrid.
Dirigió desde su creación en 1839 la Escuela Normal Central de Maestros. Intervino en la reforma de la educación primaria, defendiendo la creación de Jardines de Infancia y la mejora de la educación de las mujeres.
Obras principales:
o Manual para los maestros de escuelas de párvulos (1840, primer tratado de educación preescolar en España).
o Ligeros apuntes y observaciones sobre la institución secundaria o media y la universitaria o superior.
INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA (ILE)
La Institución Libre de Enseñanza fue fundada en 1876 por un grupo de catedráticos (entre los que se encontraban Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), separados de la Universidad defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral.
Ello los obligó a proseguir su tarea educadora al margen de los centros universitarios del Estado, mediante la creación de un establecimiento educativo privado, cuyas primeras experiencias se orientaron hacia la enseñanza universitaria y, después, a la educación primaria y secundaria.
En el proyecto participaron Joaquín Costa, Augusto González de Linares, Hermenegildo Giner, Federico Rubio y otras personalidades comprometidas en la renovación educativa, cultural y social.
A partir de 1881 empezaron a formar parte del cuerpo docente de la Institución profesores formados en ella (Manuel Bartolomé Cossío, que sucederá a Giner al frente de la ILE, Ricardo Rubio, Pedro Blanco, Ángel do Rego, José Ontañón, Pedro Jiménez-Landi...), cuya labor afianzará el proyecto institucionista y garantizará su continuidad.
Desde 1876 hasta la guerra civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura española y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de las fronteras españolas.
LAS ESCUELAS DEL AVE MARIA
Andrés Manjón fundó, en 1889, la primera Escuela del Ave María en un carmen de dicha ciudad. En ella impartió la enseñanza gratuita a los hijos de pobres familias gitanas con el fin de regenerarlos e integrarlos en la sociedad. En un ambiente alegre y profundamente católico, la enseñanza de la religión fue el centro de su pedagogía y el maestro prestaba un servicio a Dios y al hombre. Pretendía formar perfectos cristianos. Criticó los métodos tradicionales y utilizó los activos, apoyándose en la intuición, procurando atender las necesidades del niño. Cuando el tiempo lo permitía se impartía la enseñanza al aire libre, en contacto directo con la Naturaleza, considerada obra de Dios. El juego y el trabajo manual eran frecuentes para los niños de todas las edades, desde el parvulario, preparándolos en un oficio para incorporarlos al mundo laboral. También creó un Seminario para la formación de futuros maestros. Las Escuelas del Ave María están consideradas como una experiencia pionera de la Escuela Nueva y contaron con un gran apoyo social. Se extendieron rápidamente por España y otros países, adelantándose a las primeras Escuelas al Aire Libre aparecidas en Europa a comienzos del siglo XX.